domingo, 19 de septiembre de 2010

Vicisitudes: Pasión del sureste

Cuando calló la tormenta un silbido quedaba. Golpeando los tambores ennegrecidos por el barro. Siseando las bocas de todos los abandonados. El mundo de la selva los ojos no quitaba.

Fugaz fuego en desfogue de la tierra. Amaranto, los ojos de los leopardos observan. Marcha, color, tierra se conjugan. La palabra, arrebatada en la plomiza lluvia.

Por los montes va un grito que el silencio acompaña. Golpes de claridad en la negra mañana. He visto la gran muralla que en la pantalla se alza, no hay claridad donde la mente se apaga.

-Y mamá ¿Quiénes son esos encapuchados?-, -son el subcomandante y sus asociados-. -¿Por qué luchan los que nada tienen?- -Por los colores arrebatados-. ¡¿Qué es lo que todos merecen?! Una tierra donde seamos hermanos.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Vicisitudes: Pasión nocturna

Y ya iniciado el fuego, seguimos el camino que la llama llevaba. Pólvora de negros sueños. Chispas amarillas que se elevan y disparan, incandescencia pura, sol de luna hasta el amanecer.

En la alborada, el sol cuando se enciende se apaga. Con tanto calor, gotas de riego caen de las puntas de tu pelo. Es día de lluvia en tu corazón y tu cuerpo, atmosfera de la habitación privada.

Nos inmolamos entre sabanas, fatal crimen en la cama. Aún con las complicaciones viviremos para contarlo. Cómplices del delito nos veremos a los ojos en un mismo grito.

Después, la luna quemada, sólo soñaba y sus manos apretaba. Pesadillas, terrores, pasado; mutilados los mundos imaginados, lagrimas bajando por los costados.

Al partirse el medio día, la oscuridad no dio cabida. El fuego sólo se veía apagado. Amantes nocturnos partían cada uno por su lado. No hay ciclo de retorno pendiente, sólo ilusiones en pólvora y sus arrebatos incandescentes.

Amantes en la pira, se toman por las costillas y rasgan las vestiduras. ¡Ventura de los amantes arrojados! Como Dido por Eneas y la espada en sus brazos. Incandescencia pura, sol de luna hasta el amanecer.