domingo, 1 de agosto de 2010

Lente viajero


Entre lo verde y ajeno te sigo viendo, sonriendo, gritando. Cuando la naturaleza de “lo puro y bueno” frente a ti se encontraba. Y yo, desde mis ojos extranjeros veo el paisaje que es a su vez visto con maravilla por todos los que no son como yo, y cada año se repite este golpeteo vibrante en el corazón de aquellos; por hoy también en el mío.

Pero ellos están en desventaja, porque lo que he visto ha sido naturaleza a detalle, y lo percibido como cotidiano es sólo una sombra, un empaño en lente gastado por guerra y tragedia, por viejas glorias y clásico hálito.

Así, capto imágenes enteras, se impregnan en la imperfecta película, en la imperfecta fotosensibilidad que mide la mente, capto las hojas doradas bajo el Sol y yo bajo ellas, oscurecido. Cuando los titilantes destellos blancos de agua y los pedazos de piel rojiza sobreexpuesta, encuentro un destino manifiesto alrededor, y todo es captado por mi lente viajero.

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